Antes que nada quiero pedirle perdón a las mujeres que lean este post, que está dedicado en su totalidad a los hombres.
Les describo la situación:
Es un día más en la facultad (en realidad es un terciario, pero bueno…le digo facultad), y como todos los días en algún momento, la naturaleza llama y yo respondo.
Me levanto de la silla, atravieso el aula, y me dirijo al baño. Como era de esperarse éste estaba vacío ya que toda la escuela estaba en clase.
Entro al tocador (nunca entendí este nombre…) y me acerco a los mingitorios, de los que hay cuatro: dos en una pared, y dos en una opuesta. En el camino a éstos paso por dos de los cuatro cubículos que hay disponibles para que uno sienta que puede elegir, que no es preso de una u otra opción (vale la pena aclarar que no juzgo ni juzgaré a aquellas personas que prefieran la seguridad y el confort de los cubículos por sobre la rapidez y el poco higiene de los mingitorios).
Para saltear algunos pasos que no deseo describir y menos aún que ustedes lean, prosigo a la parte en la que ya estoy meando.
En el medio del acto escucho a una persona entrar (hasta ahora nada raro). Con mi vista periférica veo que decidió omitir los dos primeros cubículos y que se dirige a los urinales (esta fue una deducción que hice en base a la apariencia del caballero).
He aquí el problema… este muchacho (sic. Julio César Cáceres), ignorando por completo una de las pocas reglas tácitas que tenemos los hombres, SE PARÓ AL LADO MÍO!!! No eligió ninguno de los dos mingitorios que estaban dándome la espalda… no eligió los otros dos cubículos disponibles (que por cierto, son más grandes que los primeros)… ELIGIÓ PARARSE MÍ IZQUIERDA PARA MEAR UNO AL LADO DEL OTRO!!!
Qué le pasa a la gente? Si además de romper las leyes escritas, pasamos por arriba las tácitas qué nos queda?
Así está el país…
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