28 de octubre de 2010

1950-2010:

Néstor Kirchner es responsable de muchas de las cosas buenas que le pasaron al país en los últimos siete años (Mempo Giardinelli lo dice mejor que nadie), pero además de todos los aciertos y errores que seguramente han tenido tanto su mandato como el de su esposa, hay un detalle que no puede ser dejado de lado: hace siete años que la política volvió a ser un tema de discusión en todas las reuniones de todo tipo.

El Neoliberalismo, que tanto duró en Latinoamérica, hizo demasiado daño en demasiados aspectos. Además del económico (y la consecuente pobreza), el principal resultado fue engendrar una generación (que tiene hoy entre 25 y 35 años) que ve a la política como algo poco importante. Y tener una sociedad despolitizada es algo demasiado peligroso. 

Pero en 2003 eso cambió. En los bares ya no sólo se hablaba de fútbol y de mujeres. Ahora también de política. Y eso es mérito del gobierno de Néstor Kirchner. Puede que te guste o no su forma de gobernar. Puede que te agraden o no sus políticas. Pero es innegable que toda una generación de jóvenes (y de personas más grandes también) se insertó de lleno en un ambiente en el que nunca se hubieran interesado.

Es cierto que mucha de la gente que opina, a favor o en contra, lo hace sin fundamentos ni ideas claras. Pero esas personas que hoy hablan del tema, hace diez años no se hubieran molestado en meterse en la conversación. 

De la misma forma que los intelectuales critican a los lectores de Best Sellers, los mismos “sabios” desprecian a todos aquellos que dan su opinión sin mucho conocimiento. 

Pero si la comparación es correcta (me parece que sí), de la misma forma que del grupo de gente que solamente lee Best Sellers algunos se pasan a la literatura menos marketinera (evolucionan, según los intelectuales), una parte de  todos los que hoy sí expresan sus ideas, va a contagiarse del bicho de la política (fíjese si fue picad@, puede ser serio) y si dentro de unos años se descubre a usted mism@ como un militante más, de esos que hace diez estaban en peligro de extinción, ya sabe a quien agradecerle.


26 de octubre de 2010

Vuelve la NBA:

Con tres buenos partidos (Miami-Boston, Phoenix-Portland y Houston-Lakers) una nueva temporada de la NBA empieza. No tiene sentido hablar de candidatos, pero si hay una clara diferencia entre un grupo de equipos (Lakers, Celtics, Magic, Heat y Mavericks) sobre el resto. Mientras tanto les dejo la nueva publicidad de Nike con LeBron James como protagonista:

25 de octubre de 2010

El show del contexto:

 
Cuando un programa de TV no funciona, los productores intentan darle una, o varias, vueltas de tuerca para ver si con el cambio el público reacciona. Parece que el fútbol argentino está haciendo lo mismo, aunque sea de manera involuntaria. Como las cosas no funcionan en la cancha, ni siquiera para los que están arriba, todo aquello que rodea al fútbol se agranda y se convierte en noticia o en tema de debate. 

Pasó con la patada de Curbello a Lamela y la foto. Después con los comentarios de Verón y Ortigoza. Luego con la respuesta de Almeyda a Verón. Lamentablemente Verón se tuvo que ocupar de sus compañeros a punto de jugar “un partido decisivo” contra Vélez y no pudo retrucarle al cinco de River.


22 de octubre de 2010

¿Se corre o no se corre?


En el circuito de Corea del Sur (la Corea buena, la que no es comunista), que todavía no está terminado, ¿se correrá? la 17º fecha del Mundial de Formula 1. Lo curioso de la situación es que no son detalles los que faltan para que la construcción se de por finalizada, sino partes importantes de la pista. La curva 16 tiene un pozo que los obreros coreanos tienen que reparar para la clasificación de mañana; el piano del giro 18 es demasiado bajo y tiene que ser cambiado, y la entrada a boxes es demasiado peligrosa por lo que se también deberá ser modificada.



20 de octubre de 2010

La realidad superó a la ficción

Estaba todo preparado para el rescate de los 33 mineros. Todos los detalles habían sido revisados cientos, miles de veces. Los posibles errores habían sido previstos y prevenidos. Incluso la fortuita presencia del presidente chileno, Sebastián Piñera, adornó una jornada histórica. O al menos eso es lo que nos dijeron los medios de comunicación, que mucho hablaron de milagro, y poco de negligencia.

18 de octubre de 2010

Un poco de luz en el túnel:

Al igual que en la política, el fútbol argentino está en el medio de una discusión que sólo admite la polarización de las opiniones. Curiosamente, las dos “guerras” de ideas tienen pinta de déjà vu. La comparación peronismo-antiperonismo y menottismo-bilardismo son un poco exageradas, pero podrían ser aplicadas.

15 de octubre de 2010

Gran corto:

Muy buen corto...de esos que valen la pena por más que pienses que 7 minutos de tu vida son mucho pedir:

12 de octubre de 2010

Los Simpson rebeldes:


En la intro del último capítulo de Los Simpson en Estados Unidos el artista callejero Bansky dejó su marca. Los graffitis del británico los pueden ver en su página oficial, pero yo les dejo la apertura del domingo pasado:


8 de octubre de 2010

El yin y el yan (o sea: un poco de bueno en lo malo y un poco de malo en lo bueno):

No vi el partido de Argentina y Japón. No podía. Pero si hubiera podido no se si lo hubiese hecho. No parecía ser atractivo. Y aparentemente no estaba equivocado. Si hasta TyC Sports decidió no repetirlo a las 15 y puso la clasificación del TC en Olavarría. Pero lo más importante que le pasó a la Selección en la fecha FIFA tuvo a Messi como protagonista (para variar). El mejor jugador del mundo volvió a decir que se siente muy cómodo con Batista y que le gustaría que siga. 
 

4 de octubre de 2010

TOC TOC:


Las obsesiones no se pueden ocultar mucho tiempo. La mía es el orden. Aunque en los últimos cinco años me quise convencer de que la había superado. De un día para el otro dejé de guardar cada par de zapatillas que había usado en el placard. También abandoné la costumbre de organizar y re organizar los buzos. De repente empecé a parecerme más a mi hermano en su desorden. Me tentó su falta de preocupación, y pensé que eso era lo que yo quería para mí.

Pero un sábado, día de limpieza por excelencia en mi casa, la realidad me golpeó en la cara. Mi compañero de habitación, ese al que había copiado en su rebeldía, me pidió que ordene un poco ya que el cuarto era de los dos, y no quería vivir en ese laberinto de zapatillas, pantalones, remeras y medias sucias.

Accedí a su pedido y me sentí muy bien cuando me encontré con mi lado de la pieza como hacía un tiempo no estaba. El orden volvió a ser parte de mi vida y redescubrí el placer de acomodar lo desacomodado. A partir de entonces un día a la semana ordeno mi habitación, que pasa el resto de las jornadas con ropa que se acumula donde sea que pueda.
Ese día la paso bien. Y es porque logré aceptar mi obsesión. No es fácil reconocer esos hábitos, pero cuando nos damos cuenta de que nos hacen bien y no dañan a nadie más que a nuestra salud mental, damos un paso hacia el poco habitado mundo en el que viven los que están conformes con ellos mismos.

1 de octubre de 2010

Soy sólo un hombre:


La piedra con la que ya había tropezado volvió a aparecer. No es la primera vez que me hace caer, y parece que no será la última. El ciclo se repite cada dos o tres años. El patrón es siempre el mismo. Voy al local a comprarme ropa interior con la idea de llevarme un par de slips, y siempre me termino yendo con un bóxer de más. No sé por qué lo hago. 

La experiencia me dice que no tiene sentido que siga intentando, pero hay algo más fuerte que me obliga. Me siento más cómodo usando slip. Sin embargo pienso que en el cajón donde guardo mis calzoncillos tiene que haber un bóxer. No importa si lo uso o no. La idea de tener uno me resulta reconfortante. Me hace sentir parte de una mayoría que sabe disfrutar de las bondades de un bóxer, cosa que yo no sé hacer.

Lo peor de todo es que cada vez que tengo uno nuevo, intento convencerme de sus ventajas. No las encuentro y la enumeración se detiene en la libertad. Más allá del espacio del que uno dispone, no se compara con la incomodidad que yo siento cuando éste tipo de ropa interior parece tomar vida. Comienza a moverse hasta lograr un malestar tan grande que me hace sentir impotente y molesto. Cómo no es posible volverlo a su estado original en el medio de la calle, los intentos por disimular el acomodo son múltiples pero inútiles. Es entonces cuando uno se resigna a andar por la vida incómodo, a costa de sentirse parte de una mayoría que no se por qué razón insiste en darle entidad al bóxer.


Cada vez que me pasa esto prometo no volver a ser tentado por el canto de las sirenas. La fuerza de voluntad dura un año, a lo sumo dos. Pero el tiempo hace su trabajo y la tentación vuelve a aparecer en forma de bóxer. Espero que la próxima vez sea un poco más fuerte y logre resistir. En un par de años les cuento cómo me fue.