Tras un sorpresivo jueves, la “justicia” se volvió a hacer presente en la Copa del Mundo. Digo esto porque los mejores de los Grupos G y H son los que avanzaron de ronda. Un día más pasa, y otro equipo mezquino se queda afuera. Adiós a los suizos, que no quisieron ganar frente a Honduras.
Por la mañana la situación era bastante sencilla. Tanto a Brasil como a Portugal les servía el empate. Tampoco es que no se atacaron, pero no generaron muchas situaciones de riesgo. También ayudaba que no importaba mucho terminar primero porque la posibilidad de que España fuera segundo era factible.
Terminó
Por fin llegaba el partido que más había esperado (sin contar a los de Argentina). Apenas sortearon los grupos, y vi que Chile estaba con España en el H, me dieron ganas de ver el enfrentamiento de las rojas. Encima el encuentro era decisivo para los dos. El que ganara se clasificaba, y el que perdiera tenía serias posibilidades de quedar afuera del torneo.
Menos mal que el tercero en discordia fue Suiza. Porque hubiera sido una pena ver al equipo dirigido por Marcelo Bielsa irse del Mundial con 6 puntos. Y más si tenemos en cuenta que 6 de los otros 7 segundos se habían clasificado con 4 o 5 unidades a octavos de final.
El partido fue muy intenso. Se notaba que las dos selecciones querían ganar, pero sin dejar de intentarlo a su manera. Chile con su ya clásica V+V (verticalidad vertiginosa o vertiginosa verticalidad) y España con pase + pase + pase = movimiento de la defensa rival = espacios.
Vicente del Bosque puso a un mix de jugadores de los dos primeros partidos. Volvió Iniesta, dejó a Torres y lo sacó a Jesús Navas. España se paró con cuatro en el fondo (Ramos, Piqué, Puyol, Capdevilla), dos volantes de contención (Busquets más atrás, y Xabi Alonso con tareas ofensivas y defensivas), dos cracks como creadores (Iniesta un poco tirado a la derecha y Xavi), y dos delanteros (Torres bien de “
Chile salió a la cancha como suele hacerlo si su rival juega con dos delanteros. Tres fijos en el fondo (Medel, Ponce y Jara), tres volantes (Isla, Estrada y Vidal), un enganche (Valdivia) y tres delanteros (Sánchez, Beausejour y González). Sin embargo, cuando los sudamericanos no tenían la pelota, Mark González bajaba unos metros, y era Beausejour el que seguía a Sergio Ramos, dándole libertad a los centrales españoles, que eran levemente presionados por Valdivia. De esa forma quedaban parados 3-4-3.
Gracias a la presión chilena los europeos no llegaron a sentirse cómodos dentro del campo. Los dirigidos por Bielsa (especialmente los volantes) ocupaban sus posiciones en la cancha sin hacer marca personal, y eso evitaba que se abran los espacios que necesitan los mediocampistas españoles para crear.
En el momento más parejo del partido, España se encontró con un gol que llegó tras una mala salida del arquero chileno. Unos minutos después, y luego de otro error de la defensa, Iniesta metió el segundo. Y durante el festejo del jugador de Barcelona, el árbitro (Marco Rodríguez de Méjico) echó a Estrada. El primer tiempo terminó de la peor manera posible para los sudamericanos, que además, con un gol suizo quedaban afuera.
Párrafo(s) aparte para el juez. Si bien es cierto que el volante central de Chile entró demasiado acelerado al encuentro, también es verdad que al mejicano le faltó criterio durante todo el primer tiempo. Sacó tres tarjetas antes de los veinte minutos. Y cobró todos los contactos, por mínimos que fueran.
El fútbol es un deporte dónde necesariamente hay contacto. Es más, es legítimo que haya forcejeo entre los jugadores. Si el referí cobra cada uno de los roces que hay, el partido terminará siendo un concierto de pitidos, y lo que menos vamos a ver es a la pelota rodar por el piso.
Lo peor de todo es que en el segundo tiempo no mantuvo el mismo criterio, porque sino debería haber echado a Ponce (por un par de infracciones de atrás) y a Vidal (por reiteración de faltas). Ya se que es mucho pedir que haya un criterio similar entre todos los árbitros, pero estaría bueno que antes de los partidos les avisen a los jugadores si el juez es del siga, siga o si le gusta hacer sonar el pito.
Pero bueno, paso a la segunda mitad que fue bastante interesante.
Como era lógico Bielsa hizo un par de cambios. Entraron Millar (volante central) y Paredes (delantero) por Valdivia y González, y Chile se acomodó con tres líneas de tres (Medel, Ponce, Jara; Isla, Millar, Vidal; Sánchez, Paredes, Beausejour). Los movimientos básicos se mantuvieron porque entre Millar y Paredes no sólo hicieron su trabajo, sino también el del enganche que faltaba (presionar a Busquets y no dejarlo jugar).
Esa presión chilena fue la que obligó a Piqué a salir él con el balón o a tirar pelotazos. Obviamente la (hoy) roja prefería que sea el central el que lleve la pelota y no uno de los volantes. Los europeos necesitaban más presencia en la mitad de cancha porque estaban perdiendo la pelota.
Entonces España también hizo un cambio. Como Torres no estaba haciendo un buen trabajo contra los defensores chilenos, entró Fábregas en su lugar. Así se aseguraba la posesión en el medio del campo, pero perdía fuerza en ataque. A partir del ingreso del jugador de Arsenal los europeos se pararon 4-1-4-1 con Villa como único delantero, y Busquets detrás de los cuatro que saben con la pelota (Xavi, Iniesta, Xabi Alonso y Fábregas).
Los de Vicente del Bosque intentaron pero no pudieron, y los de Bielsa se fueron acomodando cada vez mejor atrás. El trabajo defensivo de Chile en el segundo tiempo fue fantástico. Le dejaron la pelota al rival, pero sin concederle espacios por donde hacer el pase final. Además, gracias al ingreso de Orellana por Sánchez, tuvieron alguna que otra posibilidad de contra.
Fue un partido realmente interesante desde muchos puntos de vista (táctico, técnico, emocional, etc.). Me alegra que los dos equipos que se preocuparon por meter goles hayan sido los que avanzan a la segunda ronda.
Y hablando de octavos de final, ya tenemos los primeros dos choques: a las 11.00 juegan Uruguay – Corea del Sur y a las 15.30 Estados Unidos – Ghana. Obviamente mañana dejamos un rato de lado al blanco y somos celestes. Empieza la mejor parte del Mundial. Esa en la que si perdes te vas a tu casa. Todavía nos quedan 15 días de competición con tan sólo 16 partidos.
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