11 de junio de 2010

Se viene la octava:

Desde su creación, los ingenieros involucrados en los diseños de los autos de Fórmula 1 han buscado diferentes maneras de hacer que sus coches fueran más rápido en las curvas.


La incógnita estaba en los giros ya que la potencia de los motores, y las evoluciones aerodinámicas, siempre fueron muy explotadas en las rectas, por lo que la velocidad final siempre estuvo al límite. A tal punto que a lo largo de los años se ha reducido la potencia de los autos para aumentar la seguridad y reducir los costos.


Tras veinte años de mundiales, los diseños estaban estancados. A los ingenieros les costaba mucho dar un salto aerodinámico importante que les significara una diferencia con el resto de los equipos. Inclusive llegaron a construir algo así, pero por suerte para la belleza, no funcionó.


Hasta que a fines de la década de los ’70 hubo un descubrimiento revolucionario.


A uno de los empleados de Lotus, A. Balbás (no pude encontrar el nombre de pila en ningún lado), se le ocurrió aplicar un concepto ya existente en la física a los autos de la escudería inglesa: el efecto suelo


¿Qué es el efecto suelo?


Es una forma de canalizar el aire por el que pasa un cuerpo (en este caso un auto de F1), y lograr una zona de presión alta por encima del mismo, y una de presión baja por debajo. La presión alta por encima hace que el cuerpo sea “aplastado” contra el suelo.


¿Para que querían hacer eso en un auto de Fórmula 1?


Para que los coches tuvieran menos resistencia al aire, más agarre al suelo y pudieran ir más rápido, especialmente en las curvas.


Obviamente, gracias al éxito de ésta novedad, el resto de los equipos la copiaron. El efecto suelo fue usado durante tres o cuatro años hasta que fue causa de los accidentes más impresionantes de la historia del automovilismo.


En mayo de 1982 se corría en Bélgica la 5º fecha del Campeonato Mundial. El canadiense Gilles Villeneuve era piloto de Ferrari junto al francés Didier Pironi. El de Canadá era un piloto valiente y que siempre conducía al límite. Y fue esa tenacidad la que le terminó costando la vida.


En la clasificación del Gran Premio belga, y cuando intentaba pasar al alemán Johen Mass, chocó su Ferrari contra el coche del germano. El impacto generó que el auto rojo se elevara un poco, y cuando se deja entrar aire en la parte inferior del chasis de un monoplaza con efecto suelo, esto es lo que sucede (las imágenes son un poco fuertes):



Como pudieron ver, junto con el auto, fue el piloto el que salió volando. Villeneuve terminó en el piso a unos veinte metros del coche, y fue atendido por los médicos que nada pudieron hacer.


Tras este accidente, las reglas de seguridad se fueron haciendo año a año cada vez más estrictas. Incluso se puede afirmar que en 2010, es más seguro ser el que está adentro del auto que el que cambia las ruedas en Boxes.


Pero esta historia no termina acá.


El domingo se correrá la 8º fecha del Mundial de F1 en Canadá. Y como no puede ser de otra forma, el nombre del trazado es, a partir de 1982, Circuit Gilles Villeneuve. Antes solía llamarse Île Notre-Dame (está en una pequeña isla), pero tras la muerte de uno de los mejores deportistas de la historia del país, le cambiaron el nombre.



Y es allí dónde Jaime Alguersuari nos lleva ésta vez en el simulador de Red Bull:


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