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15 de julio de 2010

¿Quién te dice?:

Uno de los deportes que más alegrías nos ha dado en los últimos años es el tenis. Para nombrar algunos logros se puede empezar por la final de Wimbledon alcanzada por David Nabandian en 2002 (catapulta para la legión argentina), pasar por la victoria de Gastón Gaudio en Roland Garros 2004, seguir con el triunfo del mismo David en el Masters de 2005, o sus trofeos en Paris y Madrid de 2007, y terminar con la aparición de Juan Martín del Potro y su US Open en 2009. Claro que hubo más victorias y más títulos, aunque esos son los más importantes.


Pero hay uno que todavía no fue levantado por manos argentinas. Uno que tuvimos la posibilidad de ganar en casa y (por muchas razones) no se dio. Uno que estuvo cerca muchas veces, pero siempre se escapó. Y uno que nuevamente nos encuentra entre los cuatro mejores. Parecía que éste no iba a ser el año del tenis nacional y, sin embargo, Francia nos espera (no se sabe en qué ciudad) el 17 de septiembre por un lugar en la Final de la Copa Davis.


Cuando ocurrió lo de Mar del Plata en 2008 parecía que el tenis argentino nunca más iba a tener una posibilidad tan concreta de levantar éste trofeo. Se cambió de Capitán, se terminó con un ciclo muy exitoso y fue momento de empezar de cero con un proyecto nuevo.


Las ausencias de David y Juan Martín en el triunfo frente a Holanda en marzo de 2009 habían sido lógicas por el nivel del rival. Pero después vino República Checa, y sin el de Unquillo la derrota en cuartos de final fue dura, pero previsible. España, en la final, fue la única que pudo frenar al dúo Berdych – Stepanek.


Éste año empezó con muchas esperanzas de volver a una final. Pero esas ilusiones fueron disminuyendo a medida que el mal estado físico de nuestros mejores tenistas se hizo realidad. La primera serie contra Suecia sin Nalbandian ni del Potro prometía ser un calvario para los pobres Mayer, Schwank, Zeballos y Delbonis que viajaron a Estocolmo.


Una derrota como la de 2005 contra Bielorrusia en Minsk por 5 a 0 no era algo ilógico. Hasta que dos días antes del comienzo del primer partido viajó David, que se terminó de recuperar de un desgarro, y cambió las cosas.


El viernes terminó con un gran 1 a 1 gracias a la victoria de Mayer. El sábado fue el turno del recién llegado que, junto a Zeballos, venció al dobles sueco. Con los de Vázquez arriba 2 a 1 sólo hacía falta un triunfo para alejar los fantasmas del repechaje y meter al equipo en cuartos de final por noveno año consecutivo. Al final fue 3 a 2 y Rusia era el próximo destino.



Con el Mundial en el medio, la repercusión de la serie había sido poca y casi nula hasta la semana previa. Pero durante la Copa del Mundo hubo una novedad importante: Nalbandian decidió no jugar Wimbledon para preservar su físico de cara al choque en Moscú. Aún con esa buenísima noticia, la serie parecía muy complicada, y muchos ya teníamos la cabeza puesta en 2011.


Al final fue 3 a 2 para Argentina gracias a una muy buena actuación de la pareja del dobles, formada por Zeballos y Schwank, y también de Nalbandian. Lo pongo en palabras del gran Diego Della Sala que via Twitter dijo esto: Qué curioso... La COPA DAVIS tiene 110 años, y DAVID NALBANDIAN 28. ¿Por qué entonces pareciera que fue DAVID quién la inventó..?


Y de repente volvemos a ver a nuestro país en una semifinal de Copa Davis por cuarta vez en nueve años. Claro que Francia es un rival complicadísimo, que tiene un dobles (Benneteau y Llodra) afianzado, y varios singlistas (Tsonga, Simon, Monfils, Gasquet y Chardy) especialistas en canchas rápidas. Por supuesto que los europeos son favoritos, porque además de ser locales, ganaron éste torneo nueve veces.


Pero, hasta ahora, Argentina no ha sido el que más chances tenía de ganar previo a las series y terminó saliendo victorioso.


No pudo ser cuando estaba todo dado para que pase (2008), tal vez el año que menos lo esperamos volvemos a estar en una Final de Copa Davis. Y si llega a recuperarse Juan Martín, ¿Quién te dice?




4 de julio de 2010

Sobre el Mundial XXIII:

Argentina 0 vs Alemania 4


Antes de hacer un análisis sobre lo que dejó una de las peores derrotas de la Selección de la que fui testigo, voy a intentar descifrar las situaciones futbolísticas que llevaron a ésta caída.


Maradona decidió poner en cancha a los mismos que vencieron a Méjico en octavos de final. Romero fue al arco. Otamendi, Demichelis, Burdisso y Heinze abajo. Maxi Rodríguez, Mascherano y Di María en el medio. Y Messi, Tévez e Higuaín arrriba.


Alemania salió con Neuer debajo de los palos. Lahm, Mertesacker, Friedrich y Boateng en defensa. Khedirh y Schweinsteiger en la contención y creación de juego. Öezil, Müller y Podolski para habilitar a Klose.


Los mundiales de Alemania y Argentina habían sido muy parecidos. Ambos técnicos decidieron armar sus equipos de arriba para abajo. Las dos defensas no eran de lo mejor del torneo, y habían sufrido en los partidos previos. Y para los dos el encuentro de cuartos de final era el primer gran choque en el torneo.


Pero las similitudes no fueron importantes en el partido. Lo que inclinó la balanza para el lado germano fueron las diferencias.


La primera y principal fue Philip Lahm. Los europeos tuvieron en el lateral de Bayern Munich a un jugador que, además de defender, pasó al ataque con criterio y, lo que es más importante, con mucho lugar. Heinze estuvo todo el partido preocupado por Müller, y eso dejó a Di María mano a mano con un gran jugador, que supo aprovechar el emparejamiento desigual.




Otro detalle importante fue la superioridad alemana en el centro del campo. Los de negro eran cinco (más Lahm), contra tres argentinos (más uno de los de arriba que daba una mano). Ésta mayoría en el lugar más importante del campo hizo que siempre alguno de los alemanes tuviera tiempo y espacio con la pelota. Y lamentablemente para nosotros, todos ellos sabían que hacer con esa ventaja.


También es primordial rescatar que a las grandes individualidades europeas, se le sumó una idea futbolística para sustentarlas. Esa idea siempre está, es en lo que se basa el fútbol de Löw. No importa si las individualidades se levantaron bien o mal. Los jugadores saben que su DT quiere que jueguen de una manera determinada. Y si además se levantaron con el pie derecho (Schweinsteiger), mejor


En cambio, el equipo de Diego se movió más alrededor de sus figuras que en torno a una idea clara en ataque. Con esto no estoy diciendo que Maradona no sepa nada de fútbol (no se confundan), sólo que su enfoque ofensivo no fue el mejor.


Está buenísimo que haya juntado a Messi, Tévez e Higuaín. Pero un planteo así de ofensivo debe ofrecer equilibrio defensivo. Y ese equilibrio tiene que venir desde arriba. No es casualidad que los DT de los equipos que juegan con tres delanteros (Barcelona, Inter, Real Madrid, Holanda, Brasil, España, Uruguay y varios más), hagan que los atacantes que van por los costados ayuden en defensa siguiendo a los laterales del rival.


El ejemplo más burdo es Samuel Eto’o en Inter, que jugó de volante por derecha bis en varios partidos. Pero uno más moderado es Kuyt en Holanda. Su trabajo en ataque suele ser bueno, aunque nunca se destaca. Pero su labor defensiva hizo que Maicon no tenga la libertad que suele tener con la camiseta de Brasil.


Aún en los equipos más ofensivos, la defensa es importante. Es cierto que los goles son los que ganan los partidos. Pero los de abajo tienen que ofrecer seguridad para que los de arriba estén tranquilos. Esta tranquilidad puede estar relacionada con la cantidad de jugadores que pasan de la línea de la pelota, o de la calidad de su defensa. Lamentablemente argentina no tuvo ni cantidad ni calidad en defensa.


Alemania fue muy superior en todos los aspectos decisivos del juego. Y contra un equipo que es mejor, es difícil jugar al palo por palo. Los golpes alemanes fueron mucho más fuertes que los nuestros.




Otro Mundial, otra derrota. Muy dura esta vez, y de aquellas que obligan a un replanteamiento de las bases que nunca va a llegar.


Por lo menos tengo un consuelo. Luego del Mundial quitado a Zidane y ganado por la fea Italia, tres de los cuatro semifinalistas tienen una mentalidad ofensiva, y eso siempre es buena noticia.



2 de julio de 2010

Sobre el Mundial XXII:


Uruguay 1 (4) vs Ghana 1 (2)


El segundo cruce de cuartos de final fue mucho menos atractivo que el partido de Brasil y Holanda. Se enfrentaron dos equipos muy parecidos, que se repartieron las situaciones. Lo podría haber ganado el conjunto africano, pero erró un penal con el partido terminado.


Tabarez puso en cancha a Muslera en el arco. Maxi Pereira, Lugano (lo reemplazó Scotti por lesión antes del final del primer tiempo), Victorino y Fucile abajo. Arévalo Ríos y Pérez en el centro del campo. Fernández y Cavani por afuera. Forlán y Suárez arriba.


El DT serbio de Ghana paró a Kingson en la valla. Pantisil, Mensah, Vorsah y Sarpei en la defensa. Annan, Asamoah y Boateng en el medio. Inkoom y Muntari por los costados y Gyan como único delantero.


Ambos equipos tienen un estilo de juego similar. Les gusta pararse bien atrás, defender con mucha gente, y aprovechar los espacios. Por eso es que no fue de lo más entretenido el partido. Pero sí fue una lucha física y mental para ver quien se ganaba su pasaje a las semifinales.


El primer tiempo fue muy equilibrado. Se repartieron los ataques, pero el final le perteneció a los africanos. Gracias a un zapatazo de Muntari (le dieron mucho espacio), Ghana se fue al vestuario 1 a 0.


El DT uruguayo vio que le faltaba fútbol a su equipo, y puso a Lodeiro por Fernández (que no influyó en el partido). El cambio no funcionó porque el problema no había sido Fernández, sino la buena defensa ghanesa.


Uruguay llegó al empate gracias a un tiro libre de Forlán y a Kingson. Ambos técnicos intentaron cambiar las cosas desde el banco (entró Abreu en Uruguay y Apiah en Ghana), pero el partido estaba destinado al alargue.




Una vez en el tiempo agregado, cualquiera de los dos se lo podría haber llevado. Los dos tiempos de 15´ se los repartieron, y ambos fueron poco peligrosos. Cuando quedaban treinta segundos, un tiro libre ghanés llegó al área y, tras varios rebotes, Suárez la despejó en la línea con la mano. El árbitro cobró penal, y expulsó al de Ajax. Pero no importó porque Gyan rompió el travesaño con su disparo.


Llegaron los penales, y podía ser para cualquiera. En vez de explicarlo yo, les dejo las imágenes para que lo vean.





Homenaje a Zizou (y a tantos otros genios) de Washington Sebastián…

Sobre el Mundial XXI:

Brasil 1 vs Holanda 2

El primer partido de los cuartos de final fue muy intenso. Si bien es cierto que no se jugó un gran fútbol, la emoción del segundo tiempo ayudó a que me olvide del choque entre Nadal y Murray por la semifinal de Wimbledon. También hay un detalle muy interesante: es el segundo partido del torneo que un equipo ganó tras ir perdiendo. El único había sido el triunfo de Dinamarca frente a Camerún por el mismo resultado.

Se enfrentaban dos equipos que habían paseado por la fase de grupos y que casi no sufrieron en su cruce de octavos de final. De alguna manera se podía llegar a decir que éste era el primer gran desafío de ambas selecciones.

Bert van Marwijk tenía la intención de repetir el 11 que venció a Eslovaquia, pero debido a la lesión de uno de sus centrales (Mathijsen) tuvo que hacer un cambio. Al final la naranja salió con Stekelenburg al arco. Van der Wiel por derecha (con proyección), Heitinga y Ooijer en el centro y van Bronkhorst como lateral izquierdo. En el medio jugaron van Bommel y de Jong. En la creación Robben, Sneijder y Kuyt acompañados por van Persie en el ataque.

Dunga puso en cancha a Julio Cesar debajo de los palos. Maicon, Lucio, Juan y Bastos en la defensa. Dani Alves, Gilberto Silva y Felipe Melo en el medio del campo. Y el tridente Kaká, Robinho, Luis Fabiano arriba.

De la misma forma que frente a Chile, Brasil empezó el partido siendo cauteloso, pero sabiéndose superior. Y también de la misma manera que frente a los de Marcelo Bielsa, el gol tempranero de Robinho los tranquilizó.

El primer tanto llegó tras un error de la defensa holandesa. Heitinga salió muy lejos para seguir a Luis Fabiano que bajó a buscar la pelota, y Felipe Melo (le dejaron tiempo y espacio con el balón) metió un muy lindo pase al espacio que había generado el “9”, que el ex Real Madrid aprovechó para definir como sabe.

Con el 1 a 0, Holanda era la que necesitaba salir un poco más. Pero la buena defensa de los de Dunga no le dejó espacio ni a Sneijder ni a Robben. Brasil estaba en la posición que más disfruta: en ventaja y con la posibilidad de salir de contra.

El gol brasilero empeoró la realidad de los europeos. Continuaron sin aparecer los que debían hacerlo para que los de van Mereijk tuvieran chances de empatar. Pero aún con el triunfo parcial, y más allá de la notable superioridad de Brasil, muchos de sus jugadores y también su DT estaban muy nerviosos. El primer tiempo terminó, y Holanda estaba agradecida.



El comienzo de la segunda etapa fue una extensión del final de la primera. Robben y Sneijder seguían sin aparecer, y Julio Cesar no era molestado. Hasta que, tras un tiro libre jugado rápido Felipe Melo peinó un centro para el que Julio Cesar estaba bien posicionado y le regaló el empate a los holandeses.

La igualdad no le sentó bien a Brasil, que continuó con la mentalidad de no atacar y salir de contra. Empezaron a entrar en el partido Robben y Sneijder, y comenzaron a presionar a sus rivales. Todo el equipo holandés se adelantó unos metros en el campo y obligaron a los de Dunga a defenderse más cerca de su arco.

Cuando iban 25´, Kuyt, tras un corner, cabeceó la pelota en el primer palo y dejó sólo a Sneijder que le dio un frentazo para poner el 2 a 1. Apenas 5´ después Felipe Melo se hizo echar por un innecesario pisotón. En desventaja y con un hombre menos, los sudamericanos no supieron que hacer para volver a meterse en el partido.

Desde el banco tampoco llegaron soluciones. Cuando quedaban 15´ Nilmar ingresó, pero el que salió fue Luis Fabiano. El conjunto de Dunga tuvo alguna oportunidad de empatarlo, pero ninguna demasiado clara. Al final debió ser 3 a 1, pero los delanteros holandeses no supieron definir una jugada para la que no encuentro explicación.




Esta eliminación no va a ser lamentada por todo Brasil. Mucha gente en el país carioca estuvo disconforme con la elección del Dunga como DT. Y los resultados obtenidos (campeón de la Copa América y la Copa Confederaciones) no cambiaron la forma de pensar de una parte del pueblo brasilero que juzga a su selección por su juego y no por sus triunfos.

El error fue de la CBF (Confederación Brasilera de Fútbol). Tras la salida de Alemania 2006 a manos de Zidane, y luego de ver como un equipo lleno de estrellas fracasó, decidieron que lo mejor era contratar a alguien con mano dura, que no tiemble si había que sacar a una estrella (los cañones apuntaban a Ronaldo, Ronaldinho y Adriano).

La pregunta es la siguiente: ¿Por qué buscar un nuevo estilo futbolístico si el que tienen les dio cuatro campeonatos mundiales (el de Estados Unidos 94 no tuvo nada de jogo bonito)?

Lo lindo que tiene el fútbol es que no existe una fórmula que te garantice el éxito. Pero si la que usaste toda la vida te dio resultado, ¿para qué la vas a cambiar?
Es cómo si la federación italiana contratara a Pep Guardiola para que haga jugar a la selección como a Barcelona. Si su catenaccio les regaló cuatro trofeos, no sería lógico cambiarlo. Por más que a mi no me guste, su estilo ha sido exitoso. En lo que respecta a meros resultados es indiscutible. Si empezamos a hablar de gustos es otra cosa.

Pero un día antes del partido de Argentina no es el momento ideal para una discusión en la que nunca va a existir un ganador.