El show del contexto:

 

Cuando un programa de TV no funciona, los productores intentan darle una, o varias, vueltas de tuerca para ver si con el cambio el público reacciona. Parece que el fútbol argentino está haciendo lo mismo, aunque sea de manera involuntaria. Como las cosas no funcionan en la cancha, ni siquiera para los que están arriba, todo aquello que rodea al fútbol se agranda y se convierte en noticia o en tema de debate. 

Pasó con la patada de Curbello a Lamela y la foto. Después con los comentarios de Verón y Ortigoza. Luego con la respuesta de Almeyda a Verón. Lamentablemente Verón se tuvo que ocupar de sus compañeros a punto de jugar “un partido decisivo” contra Vélez y no pudo retrucarle al cinco de River.

Hablando de River…el sábado, en vez de estar atentos al partido, y prestarle atención a como juega el equipo de Cappa (por cierto…juega mal), todos estaban pendientes de las reacciones del entrenador más cabrón del fútbol argentino. Hace varios partidos que  cada diez minutos, o luego de un fallo polémico del árbitro, el relator le pregunta al del campo de juego ¿cómo está el termómetro?…por ahora, tranquilo responde el pibe, esperando su momento de gloria para documentar el exabrupto.

Llegó el domingo y parecía que era hora de buenos partidos. Dos clásicos-clásicos, supuestamente mejores que los nuevos-clásicos del día anterior. Al final el 3 a 0 fue memorable sólo para los hinchas de Huracán, y olvidable para todo el resto. Pero si el Huracán-San Lorenzo fue malo, que queda para el triste Independiente-Boca. 

Tan malo fue el partido, que lo más importante del domingo fue intentar entender el estúpido intento de chiste organizado por Los Diablos Rojos. Por cierto, no se si recordarán, pero el máximo goleador del fútbol argentino, Arsenio Erico, jugó en Independiente, y era paraguayo.

Por suerte cada domingo termina con El Show del fútbol, ese gran programa que conduce Fantino que nos hace darnos cuenta de lo bueno que está el torneo local fuera de las canchas. De fútbol mejor ni hablar, si con el resto alcanza.