26 de julio de 2010

¿Polémica con victoria o victoria con polémica?:


Después de diez carreras Ferrari volvió al triunfo en la Fórmula 1, aunque la victoria de Fernando Alonso estuvo cargada de polémica. Con los 25 puntos Alonso quedó 5º, a 34 unidades del líder Lewis Hamilton que fue 4º.


El piloto español largó tercero detrás de su compañero de equipo, Felipe Massa, y de Sebastian Vettel. Pero el alemán cometió un error en la salida, y le cedió el paso a las dos Ferrari. Con Massa primero y Alonso segundo, la escudería de Maranello tenía una posibilidad interesante de sumar muchos puntos. Sin embargo, el orden de los pilotos en pista no era el que más les convenía. Alonso era el que tenía más chances de pelear por el campeonato, y además era más rápido que el brasileño, pero no podía pasarlo.


Así que desde Boxes decidieron intervenir y el ingeniero de Massa le dijo por radio Fernando es más rápido que vos. ¿Entendiste el mensaje?, apenas dos vueltas después, Felipe no aceleró “bien” en la salida de una curva, y Alonso lo pasó sin problemas. Bien… lo siento fue lo que el mismo ingeniero le dijo tras verlo segundo.


Apenas terminó la carrera las voces en contra de lo que había pasado se hicieron escuchar. Los que condenaron lo hecho por Ferrari inmediatamente recordaron lo sucedido en Austria en 2002. Ese Gran Premio (y la clasificación) había sido dominado por Rubens Barichelo. Pero en la última vuelta, desde el Box de la escudería italiana llegó la orden para Rubinho de dejar ganar a Shumacher.



Algo similar había pasado en 2001, cuando David Coulthard fue el ganador, y Shumacher segundo luego de que el brasileño lo dejara pasar. Rubens es la última vuelta. Dejá pasar a Michael por el campeonato. Es la última vuelta. Dejalo pasar fue lo que Jean Todt, hoy presidente de la FIA, le dijo.



La comparación estaría bien si no tenemos en cuenta los contextos. Lo que pasó en Austria hace ocho años y lo que sucedió en Alemania ayer son situaciones similares en esencia, pero completamente distintas.


En 2002, Shumacher fue campeón con 144 puntos, el doble que su compañero de equipo (77), y casi el triple que el tercero, Juan Pablo Montoya (50). El poderío del piloto alemán era tal que ganó 11 carreras, salió segundo en 4, y tercero en la restante. El campeonato nunca hubiera estado en peligro si en vez de salir primero hubiera sido segundo.


A partir de esa situación, las órdenes de equipo fueron prohibidas.


Lo que sucedió ayer es parecido pero diferente. Ferrari ya no es más dominante de la categoría. Antes de Alemania, Alonso era 5º (98) en el campeonato y Massa 8º (67). El español estaba a casi 50 puntos del líder mientras que su compañero a 78. Además Fernando había demostrado ser más rápido que Felipe todo el fin de semana. Inclusive durante la carrera, la distancia nunca llegó a los diez segundos.


Pueden estar de acuerdo o no con lo hecho por Ferrari. Pero es una realidad que los equipos le dan ordenes no explícitas a sus pilotos sobre lo que deben hacer.


Sino pueden pasar cosas como en Turquía, cuando los dos Red Bull se tocaron y le regalaron la carrera a los Mc Laren. A Webber le habían dicho que “ahorrara combustible”, que es la manera de hacerlo entender que debía dejar pasar a Vettel. El australiano no quiso y terminó así:



Apenas tomaron la punta, los ingenieros del equipo inglés les dijeron a Lewis Hamilton y a Jenson Button que “tenían que ahorrar nafta”. No querían que les pase lo mismo que a Red Bull. La carrera terminó con los dos Mc Laren en el podio.



Las órdenes de equipo existen y son moneda corriente, pero a Ferrari lo multaron con US$100000, pero no modificaron las posiciones. Hay situaciones que son más entendibles que otras. Lo de ayer a mi me resulta perfectamente aceptable. Lo criticable es la manera en la que le informaron a Felipe Massa que debía dejar pasar a Fernando Alonso. La categoría tiene problemas más importantes que éste como para darle tanta importancia.


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