Como la objetividad no existe, todo en este mundo gira en torno a la subjetividad. Cualquier tipo de acción y su reacción posterior están atadas a situaciones completamente parciales que determinan el resultado final de la situación.
Por eso, hay determinadas frases que deberían ser eliminadas de nuestro vocabulario. En este caso, me refiero a aquellas que están totalmente ligadas a los gustos individuales de las personas.
Es completamente inaceptable decir “está más buena/o que comer pollo con la mano” (refiriéndose a una persona que es bonita) y ahora les voy a decir porque.
Está claro que el hijo de la gallina es una de las comidas más populares del mundo, pero es un grave error dar por sentado que a todos los habitantes del planeta les resulta agradable su sabor.
Por otro lado, y en el caso de los que aprecian la carne blanca del ave que no puede volar, es inadmisible creer que a todos les va a gustar comerlo con la mano (y ni hablar de aquellos que no tienen la posibilidad física de hacerlo), y a su favor tienen argumentos irreprochables:
1: Irremediablemente te vas a ensuciar las manos, y una servilleta no alcanza para limpiarte. Hay que levantarse (con el esfuerzo que ésto implica) e ir a enjuagarse con agua y jabón.
2: ¿Qué otra parte del pollo, además de la pata, se puede comer con la mano sin esperar desastres?
3: Si comemos la carne con nuestras manos, ¿Con qué nos llevamos la guarnición a la boca? En caso de ser papas fritas es fácil, pero si estamos comiendo pollo con ensalada se nos va a complicar un poco.
Por eso desde Hasta las pelotas propongo eliminar esta frase hecha de nuestro vocabulario, ya que no solo es errónea, sino que también es discriminadora.
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